lunes, 16 de septiembre de 2013

Ella

Entró a la casa y lo primero que vio fue una caja de galletas. Cogió una, subió las escaleras, dijo un par de mentiras y fue a su cuarto como siempre.
Mientras la galleta se acababa se dio cuenta que no había nadie alrededor y que probablemente siempre sería así, que esa soledad era la única compañía que tenía y que no podía despreciarla.
Ella recordó proyectos que tenía, y pensó en los fiordos de Noruega.
Los viajes hacia la casa cada vez sería más largos, las salidas con amigos cada vez más cortas y la gente alrededor cada vez más lejos.
Nadie ha soportado todo lo que ella hace, sea bueno o malo, ella simplemente tiene la libertad de seguir por el camino que quiera.